martes, 21 de julio de 2009

Autoconocimiento

¿Cómo va, Munchausen? Te envío el trabajo realizado por Bárbara en relación al autoconocimiento. Se trata de un trabajo que han tenido que realizar los alumnos/trabajadores, con el objetivo de demostrar su aprovechamiento de las clases. El trabajo de Bárbara es 'atípico'; no es exactamente lo que se pedía, pues se trataba de hacer una elaboración personal, demostrar que uno ha reflexionado sobre los conceptos de clase y puede aplicarlos a sí mismo. Lo cierto es que los resultados han sido sensacionales, he recibido unos trabajos realmente buenos, muy sofisticados y en ese sentido tengo que dar la enhorabuena general.
Desde aquí animo a todo aquel que quiera a compartir sus relatos, aunque en muchos casos se trata de reflexiones muy personales. En ese sentido, el trabajo de Bárbara es atípico; no ha hablado sobre ella misma y sin embargo la reflexión que ha hecho, la relación entre los distintos conceptos y la aplicación directa a los contextos laborales, bien merece una mención especial. Cuántos artículos de publicaciones sobre empleo han tratado sin éxito de reflejar lo que Bárbara dibuja en su comentario. En mi opinión, un texto que ya le hubiese gustado escribir a más de un 'profesional' de la materia.
Te dejo con el trabajo de Bárbara, pero no te relajes, que seguiremos disfrutando de este juego estival de 'la caza de Munchausen'.

Autoconocimiento, por Bárbara Cervigón

Identidad, autoconcepto y autoestima son los tres componentes necesarios que precisa una persona para autoconocerse. Sin duda, un proceso más complejo de lo que pensamos y en el que influyen no sólo factores internos sino también externos.
Sin embargo, pese a que podemos dar muchas vueltas en torno a estos elementos, me gustaría centrarlos y hacerlos parte de la esfera laboral. La identidad es un conjunto de características que permite distinguir a un individuo dentro de un grupo pero a la vez que lo semeja con los otros. Es por tanto, un elemento que integra y excluye. Si lo analizamos dentro del mundo laboral podemos decir que las personas componemos nuestra identidad de la siguiente forma: pertenecemos a una categoría o ámbito laboral (ej.: periodista) y a la vez nuestra cualidades e incluso nuestra personalidad nos diferencian dentro de ese grupo, lo que da lugar no sólo a diferenciarnos del resto de una manera jerárquica, por ejemplo, si no que también nos adjudica un rol dentro del grupo, que nos hace únicos aunque no por ello necesarios, ya que los roles no siempre son positivos.
Haciendo un inciso en este punto debo decir que el rol que desempeña una persona dentro del ámbito laboral es un rol que puede haber adquirido como propio o que se le ha designado. Por ejemplo, en el TIOM Cristina tiene un rol de diplomática, no podríamos utilizar a otra persona para que dialogara con la gente. Laura, es la que siempre se alegra, nunca calla, pero que todo el mundo identifica con la felicidad y si algún día esta triste se nota. Jaime es el que siempre ayuda, está ahí siempre para lo que necesites. Rodrigo siempre está al día de todo, es como el secretario. Leo, el humorista….Y en nuestro caso, los roles para el buen funcionamiento del grupo son fundamentales, ya que, aunque no siempre se va a dar el ambiente laboral ideal la identificación de cada persona en su rol está asumida. Sin embargo, cuando el rol no es deseado, se impone por una serie de hechos, y por tanto, no es positivo. En este momento es cuando se crean conflictos entre los trabajadores ya que la persona no se siente identificada en el grupo o si está identificada es la “oveja negra”.
Pero no sólo la identidad ayuda a los trabajadores a autoconocerse. El autoconcepto es otro de esos elementos. En concreto, el autoconcepto es la persona que nosotros mismo creemos que somos. Depende de nuestro nivel motivacional, nuestra concepción física, nuestras aptitudes y la valoración externa. A nivel laboral esto se traduce en que el empleado para autoconocerse debe conocer su grado de implicación con su trabajo, si se siente a gusto y conforme, y ser racional y consecuente con sus decisiones. También debe valorar su físico, sus limitaciones físicas, en caso de tenerlas, a la hora de realizar determinados trabajos (ej.: no puedes ser bombero si necesitas usar una silla de ruedas). Valorar sus habilidades y aptitudes, es decir, sus puntos fuertes y débiles en las diferentes tareas. Y por último, conocer la valoración externa que sus compañeros y jefes tienen de él o ella, con esto nos referimos a halagos, reconocimiento, expresiones gestuales, etc.
Tanto el autoconcepto como la identidad repercutirán en la autoestima, tercer elemento del autoconocimiento, y viceversa. A nivel laboral la autoestima es un factor realmente importante ya que influye directamente en el rendimiento del trabajador (podríamos compararlo con una inyección o con una caída). La autoestima es el sentimiento valorativo de nuestro ser, de quienes somos nosotros, del conjunto de rasgos corporales, mentales y espirituales que configuran nuestra personalidad.
Según como se encuentre nuestra autoestima, ésta es responsable de muchos fracasos y éxitos, ya que una autoestima adecuada, vinculada a un concepto positivo de mí mismo, potenciará la capacidad de las personas para desarrollar sus habilidades y aumentará el nivel de seguridad personal, mientras que una autoestima baja enfocará a la persona hacia la derrota y el fracaso.
En los trabajadores la autoestima es fundamental y productivamente una alta autoestima es mejor que baja, la productividad es mayor. Pero lo más importante es la sensación de bienestar del trabajador dentro de su empresa y para ello se debe trabajar tanto desde la propia persona como dentro de la empresa o compañía.
Autoconocerse, por tanto, es un ejercicio de reflexión profundo en el que debemos tener en cuenta que hay muchos factores tanto internos como externos que condicionan nuestra identidad, nuestro autoconcepto y por tanto nuestra autoestima. Y en nuestro reducido ámbito laboral este ejercicio sirve para ser realistas, no frustrarnos frente imposibles empresariales (ej.: si uno no tiene una voz estupenda o es un patoso para la coordinación de una mesa de mezclas), y sobre todo, encajar dentro de un perfil (identidad de grupo, identidad individual que te diferencia del resto y rol)
El trabajador ideal: Identidad de grupo positiva+identidad individual positiva+rol positivo+ buen autoconcepto = Alta Autoestima

4 comentarios:

la profe dijo...

Mucnhausen, ¿ Cuáles son tus rincones favoritos para pasar el verano en Madrid?, ¿ Cómo te mueves por la ciudad?, ¿ Cómo es el verano en la ciudad del asfalto para uno que viene del norte?
El TIOM de radio está preparando un nuevo programa, tu opinión nos interesa, lo veo en titulares, Munchausen conociendo Madrid.

Munchausen dijo...

Es curioso como intercambiamos papeles dependiendo de casi cualquier factor. Ésta es la historia de tres hermanos: uno de 4, otro de 7 y otro de 9. Cuando tengo al de 4 y al de 7 juntos, el de 7 está formal. Cuando tengo al de 7 y al de 9 juntos, el de 7 es un desastre.

Yo mismo, que habitualmente soy de pocas palabras, me vuelvo locuaz cuando me encuentro a solas con alguien que habla menos que yo.

la profe dijo...

Uhmmm, caminas por la senda de la psicología relacional, yo que pensaba que eras de otro siglo, a ver si vas a resultar futurista

Adolphus dijo...

Que interesante el Trabajo de Bárbara, está realmente bien, a mí por lo menos me ha gustado y además refleja bien todos los tipos de situaciones que se pueden dar en cualquier puesto de trabajo, el que peor lo debe de pasar el que le "toque" ser la oveja negra, que por cierto tengo una duda, cuándo una persona en el ambito laboral es señalada como "oveja negra" se puede volver blanca?. Cómo?

Yo estoy con el Barón: Yo tengo un primo que no tiene el mismo comportamiento cuando está conmigo (que se comporta bien) que cuando está con mi hermano (que está todo el rato enfadado)
Pero ya no hablo de los demás sino de mi mismo, yo no tengo el mismo rol y comportamiento en la familia de mi madre que en la de mi padre por ejemplo.

Ahhh mi lugar favorito de Madrid, la azotea del Círculo de Bellas Artes (lo descubrí estas navidades y me quedé fascinado) además se puede admirar el edificio Metrópoli (bello por sí) y la cententaria Gran Vía. Ahh y la Cibeles, la Puerta de Alcalá, el faro de Moncloa, Colón, el patio del Congreso de los Diputados, el edificio Telefónica y muchos muchos más una maravilla.. por cierto hace unos días escuché en C.E.M 88.6fm en un programa que decía algo así como " En verano Ciudad Hoy Cultura" que se podía volver a subir durante los meses de julio y agosto y además muy baratito, si podéis ir lo recomiendo.