viernes, 28 de agosto de 2009

Procesos de selección de personal, Leonor de Aquitania y la suerte

La Profe dice:

Publico con este titular para contestar al último comentario que hizo Leonor felicitando al barón y hablándonos de las bondades de su amiga, es una opinión que quiero “en primera página” porque introduce el tema que nos va a ocupar de aquí hasta final de curso y me parece importante.
Creo muy poco en las casualidades en lo que a procesos de selección se refiere. No digo que la suerte no juegue su papel, pero en porcentajes ínfimos. Creo que la suerte juega un papel importante a la hora de conseguir una entrevista, una prueba...porque muchas veces depende de estar en el sitio concreto en el momento adecuado. Sin embargo una vez que uno ha conseguido que nos conozcan, la suerte cuenta poco. Eso no significa que dependa única y exclusivamente de nosotros, de nuestras habilidades para afrontar la entrevista. El hecho de que no me seleccionen no significa que yo lo haya hecho mal, tampoco que tuve mala suerte (recordáis el día que hablamos de atribuciones éxito-fracaso…) sólo significa que otro lo hizo mejor. Que aportó algo diferente y más valorado por el entrevistador. Me diréis ahora ¿cómo sé qué valora un entrevistador? …eso ya lo contaremos en clase, pero a grandes rasgos nada que no sepáis a estas alturas de la película: Habilidades sociales, motivación/compromiso, resiliencia y capacidad de trabajo en equipo
Sin embargo para cada entrevista de trabajo debemos de hacer una investigación sobre los “valores” de la empresa a la que vamos.
Báiscamente afrontar con éxito una entrevista de trabajo consiste en demostrar y aplicar autoconocimiento y asertividad y como dice la virtuosa amiga de Leonor, hay algunas palabras claves, truquillos, golpes de impacto…que son fácilmente adquiribles (yo os los enseño, si os potáis bien)
Veréis como el trabajo está casi hecho, como sólo hay que pulirlo. En realidad el mayor peligro en una entrevista de trabajo no son las preguntas del entrevistador sino nuestra propia lengua, la mayoría de la gente que fracasa es porque se mete en jardines, cuenta cosas que no le han pedido que cuente y abre la puerta para que el otro indague donde no conviene.
De cualquier forma el martes comienza el entrenamiento, eso sí, somos muchos, y el tiempo apremia así que es probable que haya mayor moderación de comentarios y voy a solicitar puntualidad inglesa en la entrada a clase.
Me estaba acordando ahora de una preocupación que me surgió a la hora de implorar a Munchausen que crease este blog. ¿Y si no encuentra trabajo? , hubiese sido muy útil de todas formas pero menos lucido, menos esperanzador. Las dudas se disiparon rápido, precisamente en base a que, en mi experiencia, conseguir trabajo es cuestión de moverse y tener habilidades por lo que el fracaso de Munchausen era improbable. No creo que el hecho de que te hagan fijo en 4 meses, tenga relación alguna con la suerte.

jueves, 27 de agosto de 2009

Comunicante anónimo

Un comunicante que desea permanecer en el anonimato me ha enviado este escrito...

Hoy voy a hacer algo que un blogger no debe hacer (al menos no intencionadamente… ¿no, Munchausen?); de hecho, es la razón por la que no abriré mi propio blog. Voy a hacer lo que se llama una exhibición narcisista. Es políticamente incorrecto hacer exhibiciones narcisistas, en la edad adulta me refiero. De hecho, no sé exactamente en qué momento del desarrollo, las exhibiciones narcisistas pasan de ser alabadas y configurar la autoestima de un niño a considerarse una falta de modestia intolerable. Hablar bien de uno mismo no es apropiado, con todo lo que ello supone para el detrimento de nuestra pobre autoestima. Un niño pinta un garabato y el adulto no sólo le dice "¡QUÉ BONITO!", sino que lo exagera con gestos y fiesta y lo trata como si fuese la mayor obra de arte, y pobres de los niños que no reciben este tratamiento, lo pagarán caro de mayores y no es una metáfora, cuánto psicólogo cobra 50 euros la hora por tratar de enmendar ese error. Hay quien describe la salud mental como "disfrutar como un niño de las tareas de un adulto", pero generalmente los adultos no sólo no muestran sus dibujos, sino que les restan valor.

A veces, de regreso a casa, oyes esa vocecita que dice "no vas a poder con todo" y esa otra que le replica "al final siempre has salido adelante". ¿Cuántos compromisos puede uno abarcar sin desatenderse, recuestionándoselo todo (es importante no dejarse el iPod en casa). Entonces me ha pasado algo curioso: una chica me ha abrazado, casi sin darme cuenta, la he visto venir hacia mí. Me sonaba su cara, pero no la he reconocido. Fue hace 4 años. Ahora está trabajando y en mitad de la calle Fuencarral hemos charlado sobre aquellas clases que compartimos. Me he acordado de inmediato de que, hace dos semanas, me encontré con otra compañera, que ahora trabaja de administrativa en una ONG que me parece muy interesante: cambio de roles. Le mandé mi CV por si salían cosas chulas, de ella si recordaba el nombre y fue una alegría encontrarla. Me he sentado a tomar un café y he hecho la cuenta de las personas que he conocido, desde los estudios: alrededor de 400. Y en realidad, en persona, me habré encontrado con 6 ó 7. Por e-mail sí recibo noticias, generalmente las buenas; hoy he sabido de 3 colocaciones. Los días como hoy hacen que todo valga la pena.

miércoles, 19 de agosto de 2009

Julieta al habla

Bueno, yo creo que me fui un poco por las ramas, de hecho mi texto no empieza con la frase. Lo escribí mientras tomaba solcito en la piscina, pero lo hice con todo el entusiasmo y pensando mucho. Espero que os guste la idea, aquí va.

El Barón nos da una pista: "ponerse en el lugar del otro", dice, es sólo una frase. Yo empezaría, precisamente, por analizar esa afirmación. Decir que una frase es sólo una frase, que la libertad es sólo una palabra... es una redundancia. No sé si me asignarán una etiqueta por lo que diré, pero el mundo que conocemos, es un mundo de palabras, frases, historias contadas. Alguien dirá que que en esta postmodernidad que nos toca vivir, la imagen es mucho más potente que las palabras... Y es posible que en algunos casos así sea, pero para poder ser interpretada, esa imagen necesita del lenguaje, ya sea escrito o verbal. El lenguaje nos completa, nos ayuda a comprender y comprendernos. A objetivar. Cuántas veces nos imaginamos cosas, pensamos, y sólo cuando ponemos todo es en palabras nos damos cuenta de que era un poco o muy loco, genial, absurdo... Hay veces incluso que no nos atrevemos por no verlo ahí, fuera de uno. Tal es la fuerza de la palabra escritas. Tal que a veces preferimos decir las cosas a la cara, antes que verlas ahí, como algo que ya tiene vida propia y puede perpetuarse. Pero esas disyuntivas nos las planteamos con las palabras que son especialmente significativas para nosotros. Otras, las frases hechas, las fórmulas de cortesía, las decimos muchas veces sin pensar en todo lo que suponen. Un “buenos días”, además de un saludo, es un lindo deseo para el otro; un “muchísimas gracias”, una enorme declaración de gratitud. ¿Pero las decimos en verdad con ese sentido? ¿O porque queda mejor decir “muchísimas gracias” que sólo “gracias”? Parece como si las palabras, de tanto usarlas, se gastaran y ya no sirvieran igual, y se hiciera necesario el superlativo. En Argentina, por ejemplo, en la década de los ’90, se fue adquiriendo entre los adolescentes el prefijo “re” para maximizar las cosas: “es re lindo”, “re malo”, “es re simpático”. Al principio fue un recurso que usaron otros, no nosotros, que nos reíamos del tonito con que se decía. Pero ya son (somos) pocos los que pueden expresar algo muy lindo, malo o simpático sin el “re” adelante. “Muy” suena a poco.

En estos días terminé de leer “El viaje del elefante”, de José Saramago, que bien merece un comentario aparte. Pero a propósito de las palabras, les cuento que lo leí con un lápiz a mano. El libro es un regalo y me lo apropié. Empecé a subrayar una palabra que no conocía e intuía básica para la historia –cornaca-, pero luego seguí subrayando otras menos imprescindibles aunque igualmente desconocidas, y terminé señalando también lo que me parecieron declaraciones magníficas. Una, en la página 255, habla sobre la utilidad de las frases y metáforas repetidas hasta la saciedad: “Realmente, la mayor falta de respeto para con la realidad, sea ella, la realidad, lo que quiera que sea, que se puede cometer cuando nos dedicamos al inútil trabajo de describir un paisaje, es tener que hacerlo con palabras que no son nuestras, que nunca fueron nuestras, vean, palabras que ya recorrieron millones de páginas y de bocas antes de que llegara nuestro turno de utilizarlas, palabras cansadas, exhaustas de tanto pasar de mano en mano y dejar en cada una parte de su sustancia vital.” Sigue hablando sobre la utilidad de la metáfora “arroyo cristalino” y de la confianza que tenemos en quien nos habla de ese arroyo...

Yo creo que algo similar pasa con “ponerse en el lugar del otro”: es una frase demasiado manoseada. Para mí, la manera de quitarles ese aire de fórmula a las frases hechas, consiste en hacerlas realidad, llevarlas a la práctica. Uno siempre sabe cuando el otro lo entiende, cuando de verdad está agradecido o arrepentido. Y entonces, un rato de escucha activa (interesante concepto), o sencillas palabras como “gracias” o “lo siento” son mucho más que suficientes. Si el sentimiento no es sincero, no hay superlativo que valga.

Y cuando sólo se trata de escribir, de transmitir lo que nos pasa de la forma más fidedigna, entonces hay que buscar las más bellas metáforas, como la que leí esta mañana, de Haruki Murakami en “Sauce ciego, mujer dormida”: “Parecía que hubiera venido alguien mientras yo dormía y hubiera esparcido polvo de silencio a manos llenas.”


Julieta

viernes, 14 de agosto de 2009

Coger la ola

Ah, sí, el título de ayer. Iba a hablar de otra cosa, de que ando perdiendo el tiempo rejugando el 'Panzer General 2' de 1997, que como su nombre sugiere consiste en hacer la blitzkrieg un poquito por aquí y por allá.



El 'PG2' es un wargame táctico por turnos en el que hay que ir conquistando escenarios de guerra con especial cuidado en el orden de combate (primero el reconocimiento, luego la aviación, luego la artillería, luego los tanques y al final la infantería). El mecanismo de juego de los wargames no es muy distinto del piedra-papel-o-tijera. Cada arma tiene unas víctimas propicias y unos enemigos concretos, y de su correcta combinación depende el éxito.

El juego mola porque uno puede provocar la caída de Francia o el colapso de Rusia en unos pocos turnos. La vida real se parece más a la guerra de posiciones. También en que el coronel (y la coronela) tratan de convencernos de que salgamos bajo las ametralladoras a capturar nuestra porción de gloria. ¿Por qué los 'coroneles' de nuestra vida están tan convencidos de que tendremos éxito, así como cuando nosotros 'coroneleamos' a los demás, para motivarles?

(pista: "ponerse en el lugar del otro" es sólo una frase)

jueves, 13 de agosto de 2009

Blitzkrieg

Lo más enternecedor que se ha oído en España durante este año es eso de Camps, presidente de la Generalitat valenciana, al conseguidor de Orange Market, Álvaro Pérez 'El Bigotes'.

- Te quiero un huevo, ¿sabes?



Ya decía Pisitófilos: "Tenemos que encontrar a nuestros Madoff pero ya, ya, ya". Las tramas peperas están un escalón por debajo, pero las revelaciones dejan un aire a caída del Imperio romano propicio para la estrategia de comunicación de nuestra crisis sistémica. "Feliz navidad, amiguito del alma. Te sigo queriendo mucho..." Suena a chisme de Suetonio en 'Los doce césares'. ¡Ay, Popea!

La profe me riñe porque tengo el blog abandonado mientras el TIOM sigue en guardia, aunque sea bajo mínimos. Les explico: cambio de lugar de trabajo cada tres semanas, aproximadamente. Cuando me toca un aula movida, no me queda tiempo para escribir. Cuando me toca un aula tranquila, me digo: merezco un descanso.

Hoy se ha dado a conocer una medida importante: la prolongación del subsidio de desempleo, que según Santiago Niño Becerra, catedrático de Estructura Económica y preconizador del crash español en 2010, será la base de la futura renta mínima universal, que se puede contemplar de dos maneras. Según Niño, como reconocimiento de que el factor trabajo (nosotros, hamijos míos) ha dejado de ser necesario y las clases medias y bajas nos vamos a andalucizar con un PER a escala nacional. Según un forero malpensado, como enésima medida de apoyo al sistema financiero, ya que los parados cogerán la ayuda y con ella pagarán el siguiente recibo de la hipoteca. Si al menos conservan el techo (y las paredes), los vecinos no los verán pasar hambre.

En las webs de empleo, el gráfico sigue plano: veo las mismas ofertas desde febrero/marzo. Aparte de que agosto es un mes malísimo para contratar. Me he postulado para una cosa de técnico especialista en una fundación que, ¡oh maravilla!, tiene como requisito la licenciatura en Historia Contemporánea. Primera vez que me va a ser útil, al menos, para echar los papeles.